Decenas de cuencanos y visitantes se apostaron la mañana de ayer en las veredas de las calles de la capital azuaya para ver el Pase del Niño Viajero.
Padres con sus hijos ataviados con trajes de ‘cholitos’ se ubicaron desde temprano para ver las comparsas de esta tradicional celebración.
Tras la eucaristía celebrada por monseñor Marcos Pérez en la Catedral de la Inmaculada, la romería salió desde la Plaza de San Sebastián.
Decenas de personas vestidas con atuendos de personajes de la Biblia y otros más contemporáneos se unieron a las comparsas.
El Pase del Niño Viajero surgió con una imagen esculpida en 1823, que luego pasó al Vicario de la Arquidiócesis de Cuenca, monseñor Miguel Cordero Crespo.
En la década del sesenta, el vicario hizo un peregrinaje por Tierra Santa con la imagen y a su regreso a Cuenca los fieles comenzaron a llamarla el ‘Niño Viajero’.
Por ello, cada año, decenas de fieles llevan a sus hijos con atuendos de Niño Jesús para sumarse a la romería.
En la romería de ayer había padres que elaboraron pequeños carros alegóricos para que sus hijos participen en la romería.
A esta tradicional celebración religiosa llegan fieles de todos los cantones de Cuenca. La romería también atrae a nacionales y extranjeros que arriban a la ciudad a pasar las fiestas de Navidad.
Entre los fieles hay quienes llegan con ofrendas en agradecimientos al Niño Jesús. Unos llevan frutas y otros animales preparados como cuyes.
La Secretaría de Gestión de Riesgos montó un puesto de mando unificado con las instituciones de primera respuesta para velar por la seguridad de la población que se asistió al Pase del Niño Viajero. (I)