El diablo tiene diferentes significados dentro de las celebraciones religiosas y culturales de Ecuador. Uno de los íconos de estos bailes folclóricos es la Diablada de Píllaro, una fiesta popular que se realiza d el 1 al 6 de enero de cada año, en la provincia de Tungurahua.
Sin embargo, este personaje ha tenido su presencia en otras ciudades del país. “Los Diablos se toman la Mariscal” es un desfile que se realiza en el barrio la Mariscal, en el centro norte de Quito, desde hace siete años.
Publicidad
Es un encuentro que convoca a los diferentes grupos de danza que salen a las calles en sus respectivas fiestas de pueblo.
La tarde del viernes 25 de agosto fue la fecha indicada para que todas estas representaciones artístico-culturales se den cita en una de las zonas comerciales y turísticas de la capital.
Publicidad
Lizeth Torres, coordinadora de Turismo de la Administración Zonal la Mariscal, informó que este encuentro convocó a cerca de 2.000 personas de distintos puntos del país, entre danzantes, músicos, zanqueros, entre otros.
Desde hace siete años el desfile se ha tomado la avenida Amazonas, antes era organizado por diferentes instituciones y líderes barriales, ahora está encabezado por el Municipio capitalino.
También forma parte del plan de reactivación del barrio la Mariscal, estuvo incluido en la agenda cultural del mes de las artes. Existen más actividades que pueden ser consultadas en sus redes sociales.
Con gritos, saltos y mucha energía desfilaron los representantes de varias ciudades, la mayoría de la Sierra, por ejemplo, los colectivos como la Diablada de Píllaro, Hojalatas de Riobamba, Los Diablos de Cantuña y más.
Juan Carlos Cevallos nació en Píllaro, salió con su familia de vacaciones y en el camino se enteraron de que se llevaría este desfile, sin dudarlo se trasladaron hasta la zona del centro norte de la ciudad para ver las distintas expresiones culturales que existen en el país.
Para él es un orgullo poder ver las distintas representaciones de los bailes de pueblo concentradas en la capital, en especial los pillareños, los representantes de su ciudad natal.
Contó que desde hace 29 años también baila en la fiesta grande, invitó a los turistas nacionales y extranjeros a conocer esta característica forma de recibir el Año Nuevo. Aseguró que los ciudadanos los recibirán con los brazos abiertos.
En las veredas rápidamente se concentró la gente, parecía que el ambiente de oficinas y comercio, con la gente caminando con apuro, había desaparecido como arte de magia.
Familias enteras corrían por las calles aledañas para no perderse del desfile, que como lo planificó el Municipio, logró reactivar física y económicamente a una parte de la Mariscal. (I)