Los cortes inesperados de energía durante este fin de semana y el incremento de horas durante los racionamientos obligan a trabajadores y estudiantes a acudir a sitios en los que puedan tener una conexión continua para cumplir sus labores.
Desde que se iniciaron los apagones, los centros comerciales y hasta gasolineras se han convertido en estos espacios que les otorgan seguridad.
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Este fin de semana no fue la excepción ya que, desde temprano, usuarios salieron de sus viviendas ante los nuevos cortes de energía establecidos por la Corporación Nacional de Electricidad (CNEL).
La entidad estableció cortes de hasta doce horas en diferentes franjas a escala nacional para el sábado 9 y domingo 10 de noviembre. Este domingo, apenas se abrieron las puertas en un centro comercial del norte de Guayaquil, personas con computadoras en las manos llegaron hasta el patio de comidas para instalarse a trabajar a las 10:00.
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Algunos llegaron solos; otros, en compañía de familiares, quienes hacían de custodios.
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En casa, en la cooperativa El Prado, dos estudiantes aprovecharon entre las 06:00 y las 10:00 para adelantar la búsqueda de documentos que requerían antes de trasladarse a un centro comercial del norte. “Venimos a un sitio seguro, pero siempre queremos sentirnos más seguros. Ellos son aún menores de edad, pero tienen que conectarse para cumplir con todo”, dijo el familiar de un estudiante que llegó a este establecimiento, ubicado en el sector de la Alborada, para culminar tareas.
Con el soporte de su computadora llegó hasta el centro comercial el trabajador de una empresa que desarrolla contenido y elabora informes.
Desde la Alborada se movilizó en su vehículo junto con sus implementos para trabajar. Este domingo no tenía previsto laborar, pero los pendientes lo obligaron a salir de casa.
En la última semana, él ha tenido que incluso trabajar fuera de la oficina, ya que en ese sector (donde funciona su lugar de trabajo) también hay cortes.
“Hubo como cierto espacio de tiempo en donde en esa zona, en particular, como estaba cerca de un hospital o de una clínica privada, no había los cortes. Cuando hubo el reajuste de este tema (cortes), la única opción se volvieron los centros comerciales”, relata.
Moverse de su domicilio le ha implicado un gasto mayor, pues debe costear su almuerzo, sobre todo. A diario suele gastar hasta $ 10, cuando regularmente, en oficina y antes de los cortes, esto podía llegar a los $ 3.
“Aunque no es lo mismo que una oficina, porque igual se necesita un espacio para concentrarse y todo, al menos es esto o no tener nada”, dice el trabajador, quien se conecta al internet de su teléfono. Dentro de los centros comerciales a los que ha acudido incluso se han generado ciertos “conflictos”, manifiesta.
“Todo mundo busca un tomacorriente para poder conectarse y no hay suficientes tomas a veces. La gente se empieza a mover de mesas o está al ataque de un sitio disponible para continuar trabajando”, señala.
Otro trabajador, también en un centro comercial del norte, salió de su casa en el sector de Albonor este domingo para cumplir pendientes laborales y personales.
“Soy una persona independiente y, cuando no estoy en planta o estoy haciendo un trabajo puntual para un cliente, entonces ahí sí vengo a los centros comerciales a buscar, a tratar de buscar internet”, manifiesta.
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Él es ingeniero electromecánico y, constantemente, debe realizar trabajos de programación y automatización que le implican estar conectado para la elaboración de ofertas.
El trabajador, de 36 años, sin embargo, afirma que se expone al riesgo de robos ya que no tiene carro propio.
“Uno tiene que salir casi que de incógnito y rogar para que no le roben a uno que anda con la computadora en el bus”, señala. (I)