Quito cuenta con varias calles que conservan rectangulares piedras colocadas en el pasado. Aparte de colaborar con la historia y ornato de la ciudad, estas históricas piedras han significado una preocupación para los habitantes del sector El Dorado, en el centro de Quito.
Una especie de caballete de madera con letras de peligro está ubicado sobre uno de los cráteres que se han formado en la calle Solano y Seniergues.
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El silencio es característico, no existen muchos locales comerciales, solo se siente la vibración en el suelo por el paso de los automotores. Pero una vez que dejó el lugar uno de ellos, la calma se apoderó del ambiente.
Los vehículos rodean los letreros que dan aviso de los huecos, existen personas que no se fijan por completo y las llantas de sus autos saltan entre las piedras a desnivel. Las veredas son limpias, varios de los vecinos salieron a confirmar que obreros y una retroexcavadora llegaron para trabajar en el arreglo de esta vía.
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Desde este lunes 11 de diciembre se inició un trabajo de recuperación de la calzada de piedra. La obra está planificada para que sea entregada en 50 días. Esto generaría algo de molestia para los ciudadanos que se trasladan diariamente por esta zona.
Marcelo Acosta pertenece a la cooperativa de taxis ejecutivos Vip JC. El conductor señaló que en este año ha tenido que cambiar, al menos dos veces, los amortiguadores de su vehículo. También indicó que por el mal estado de la vía se han dañado las llantas de los autos, frenos, entre otras piezas.
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“Esto significa un gasto mayor, nos dijeron que esperemos, que en 50 días van a arreglar la vía, ojalá no cierren completo”, expresó el miembro de la compañía de transporte que tiene 70 socios.
Para Rocío Punguil, el cierre de la vía podrá significar una gran pérdida para su local de frutas y víveres.
“Como tengo el negocio me va a perjudicar, porque por aquí pasan buses, taxis y cuando esté cerrado ya no han de pasar por aquí”, expresó.
Sin embargo, Rocío también aceptó que era necesaria una intervención urgente a esta vía, pues los proveedores ya se han quejado sobre el estado de las calles en este sector.
Karina Núñez, directora de Fiscalización del Instituto Metropolitano de Patrimonio (IMP), indicó que esta intervención forma parte de un proyecto de mantenimiento a varias áreas patrimoniales de Quito.
El trabajo consiste en retirar la piedra, compactar el suelo existente, elaborar una cama de hormigón maciza que sujetará las piedras y evitará el desprendimiento. También se realizará un procedimiento técnico que toma en cuenta la pendiente de la vía y la colocación de la misma piedra. Los trabajos se prevé que terminen el 5 de febrero de 2024. (I)