En plena plaza San Francisco, en el centro de Quito, varias personas de la tercera edad se juntaron para presenciar la procesión Jesús del Gran Poder 2025. Ellos aseguraron que, con el pasar del tiempo, todo en Semana Santa ha ido cambiando.
Augusto Palacios, un hombre de 80 años, contó que en su juventud ni siquiera podía escuchar música en la radio. “Antes, mi mamá ponía cortinas negras y moradas en la casa. No nos dejaban escuchar nada, porque en todas las radios pasaban música sacra”, apuntó.
Fieles de Esmeraldas caminaron en romería con la esperanza de que vengan días mejores al país
En tanto que para Rosa Uribe, mujer de 65 años, el orar es parte fundamental de su diario vivir, y hoy no entiende por qué tanta frialdad en la juventud. “Antes se respetaba. Por eso Dios nos castiga, porque no tomamos en serio nada”, afirmó Rosa.
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Sin embargo, María Jaya reconoció que el avance de la tecnología ha ido moldeando a las nuevas generaciones, pues era un cambio que debía darse. “No me preocupa, mientras cada uno sepa poner valores en los hogares, los jóvenes seguirán teniendo a Dios en su corazón”, explicó.
El fray Jaime Zhindon, guardián del convento, brindó su opinión al mencionar que el cambio es visible, pero la invitación para que los jóvenes se acerquen a la casa de Dios está hecha.
La Semana Santa guarda creencias únicas, pues el estar en reposo, no ir a fiestas, guardar el luto o algo tan simple como no bañarse, porque, según la creencia popular, si lo haces te convertirás en pescado, son costumbres que, con el pasar del tiempo, se han ido apagando. (I)