Sorpresa le causó a Fernando Quishpe observar a un guardia de seguridad privada en una farmacia cerca de su casa, en el sector de Mapasingue este, en el norte de Guayaquil. “La farmacia tiene más de tres años funcionando aquí y nunca había tenido guardia de seguridad, pero desde la semana pasada ya tienen a uno en la entrada”, dijo asombrado el cliente, aunque reconoció sentirse más seguro con el resguardo.

Esto porque el sector se volvió conflictivo e inseguro por los robos a transeúntes y asaltos a locales comerciales, entre estos a un supermercado ubicado en la misma calle, en diciembre pasado, que provocó que la cadena reforzará su seguridad con más guardias privados y custodia policial en las horas de mayor movimiento.

La situación se repite en varios sectores, locales que normalmente no contaban con seguridad privada optaron en estos últimos meses o semanas por contratar los servicios por el incremento de la ola delincuencial. El dueño de una estación de servicio ubicada en el sur de la ciudad, quien prefirió la reserva, indicó que volvió a contratar guardias de seguridad después de quince años de no tener el servicio.

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“Desde el 2009 no tuve guardias, decidí no contratar más porque los ladrones llegaban a robarles las armas y teníamos más asaltos que cuando no había guardias, pero ahora sí veo que es necesario tenerlos para darles tranquilidad a nuestros clientes”, explicó el empresario. Reveló que su nuevo gasto en seguridad es de alrededor de $ 3.000 al mes por dos turnos diarios.

En 2022, el Ministerio del Interior emitió permiso de operaciones a 83 empresas de seguridad privada (por primera vez) y renovó el aval a 458 más, es decir, a un total de 54. Sin embargo, el Servicio de Rentas Internas (SRI) registró ese año a 2.984 compañías en cuyo RUC reportan la actividad de los servicios de transporte de valores a través de vehículos blindados, de escolta (guardaespaldas), de guardias de seguridad y de vigilancia y protección a través del patrullaje de las calles.

Rodrigo Peralta, presidente de la Asociación Nacional de Empresas de Seguridad Integral e Investigación (Anesi), confirmó el nuevo repunte de la demanda de servicios de seguridad, que ya tuvo un primer incremento desde el 2023.

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“La situación delictiva en el país generó el incremento y demanda de la seguridad privada, de hecho empresas privadas han contratado la seguridad para diferentes sectores productivos: camaroneros, de abastecimiento de productos de primera necesidad, gasolineras en donde se han visto en riesgo sus actividades comerciales. También se han reforzado las seguridades en los centros comerciales debido a los múltiples hechos generados por la delincuencia”, expresó Peralta.

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Ataque a TC Televisión alertó a urbanizaciones

Las ciudadelas también han reforzado su seguridad, no solo con más guardias en las garitas de ingreso, sino también con vehículos que recorren el interior de las urbanizaciones. “Llevo pocas semanas viviendo aquí (una urbanización de Daule), me asusté por unos ruidos que escuché a lado de mi casa, en un solar en el que aún no construyen, y cuando me asomé era un guardia en una patrulla que estaba hablando por radio con otros guardias que también patrullaban por otras calles de la urbanización”, señaló la habitante que adquirió una vivienda hace pocas semanas.

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Peralta aseguró que la toma armada de TC Televisión por delincuentes, el 9 de enero pasado, generó un pico en la demanda de seguridad privada en las urbanizaciones. “Esta acción generó un caos a nivel residencial, donde todo el mundo pensó que las próximas en ser atacadas eran ese tipo de urbanizaciones en donde podían fácilmente someter a cuatro o tres guardias que tienen en sus garitas principales. Esto generó que las diferentes administraciones soliciten respaldo y apoyo a la seguridad privada para que se instalen en sus garitas principales camionetas con guardias reforzados”, indicó el titular de Anesi.

El sector bananero, por ejemplo, incrementó la contratación de seguridad privada en el 2023 en comparación con el 2022, reconoció Richard Salazar, director ejecutivo de la Asociación de Comercialización y Exportación de Banano del Ecuador (Acorbanec).

“Se contrataron más seguridades tanto en fincas, para el acceso de nuestros empleados se contrató más guardianía, sí es importante destacar el incremento, cuantificarlos es complicado”, señaló el dirigente. Este año, en cambio, destacó que no se ha contratado más seguridad porque se ha visto una mejora en la presencia policial y militar en las zonas productivas. “No hemos incrementado, más bien hemos notado mayor control policial, militar, hay que destacar también, eso ha ayudado a estar algo más seguros de lo que estábamos antes”, indicó Salazar.

Falta de liquidez impacta en sector de seguridad privada

Mientras, sin revelar cifras, Peralta aseguró que el sector de la seguridad privada cerró con excelentes números el 2023 por el incremento de demanda de sus servicios, aunque lamentó que ese buen momento no se refleje en la liquidez que quisieran, pues admitió que empresas que son sus clientes no tuvieron los ingresos que proyectaban para diciembre pasado, lo que generó que haya facturas atrasadas por pagar, incluso de parte del Gobierno que también demanda de sus servicios.

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“En números registramos saldos favorables, pero en cuanto a flujo de caja estamos bastante estrechos”, reconoció Peralta. Mientras, otros de los sectores que cerró con crecimiento el 2023 es el negocio del blindaje de vehículos. “En 2024 no se han dado incrementos, pero sí se ha mantenido el crecimiento que se dio en el 2023 en comparación con el 2022″, indicó un vocero de una empresa en Guayaquil dedicada a esta actividad, que prefirió la reserva por la situación de inseguridad.

Este sector experimentó un crecimiento de demanda desde el 2022 de alrededor del 50 %, y que se acentuó el año pasado con alzas de hasta el 70 %. El proceso de blindaje de un vehículo puede tomar hasta cuatro meses y el único prerrequisito para que el vehículo sea apto para blindaje es tener al menos un cilindraje de 2.000 centímetros cúbicos. El precio por el servicio puede llegar hasta los $ 37.000 y depende del nivel de blindaje que el cliente contrate. (I)