A Leonela Moncayo y Denisse Muñoz, dos niñas de 10 y 13 años, les ha tocado convivir, desde que tienen uso de razón, con mecheros que queman gas asociado (el que se genera en la Amazonía) y permanecen encendidos como parte de la operación petrolera. Ambas residen en provincias distintas (Sucumbíos y Orellana), pero han sentido de cerca los estragos de la contaminación ambiental.