Recentrar el Banco del Pacífico y volverlo rentable para venderlo es la misión del español Roberto González, su presidente desde julio pasado. La institución no le es ajena, fue su vicepresidente hasta febrero de 2008, cuando el entonces presidente Rafael Correa criticaba duramente los salarios del equipo español al frente del banco. La tarea actual ha significado una ardua reestructuración cuyos costos influirán en el balance de este año y la obligación de aumentar provisiones por la calidad de la cartera. Maneja casi $ 5,3 billones en depósitos provenientes de más de 2,5 millones de clientes, que en el 92 % son privados. Su único accionista es la Corporación Financiera Nacional, pero no es un banco estatal. González sigue creyendo en el Ecuador y con ojo de banquero señala que el futuro está en apuntalar créditos para los sectores agroexportador, atunero y turístico.