El riesgo país de Ecuador se ha reducido 628 puntos en este primer año de gobierno. Daniel Noboa asumió la Presidencia de la República el 23 de noviembre de 2023, con 1.925 puntos de riesgo país y para el 22 de noviembre de 2024 el índice cerró en 1.297 puntos, según datos del Banco Central del Ecuador.
El indicador es elaborado por el banco estadounidense de inversión JP Morgan y constituye una especie de termómetro que mide la percepción que tienen los mercados internacionales sobre las condiciones de un país para honrar sus obligaciones. Mientras más alto es el puntaje significa que hay más riesgo; al contrario, mientras más bajo se mejora y se abarata el acceso a crédito tanto para el Gobierno como para el sector privado.
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La medición considera varios aspectos, como el precio internacional del petróleo, principal fuente de ingresos de Ecuador, así como la situación política, entre otros.
Al día siguiente de las elecciones presidenciales que le dieron el triunfo a Noboa, el riesgo país del Ecuador se colocó en 1.748 puntos, bajó 91 puntos el 16 de octubre. Antes de empezar el mandato, en los primeros días de noviembre Noboa viajó a Estados Unidos para reunirse con inversionistas y multilaterales e hizo declaraciones que provocaron nervios en los mercados y volvieron a trepar el riesgo país a 1.839 puntos. Entonces dijo que Ecuador corría el riesgo de caer en default de la deuda pública en 2026 o 2027 si el país no conseguía aumentar sus ingresos.
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Un análisis publicado en ese entonces por la banca de inversión Barclays indicaba que aún había preocupación por lo que podría pasar en las siguientes elecciones presidenciales del 2025, de ahí que analistas proyectaran que el riesgo país seguiría alto por un par de años tras la muerte cruzada declarada en mayo del 2023 que abrió una etapa de elecciones.
En el transcurso del año de Gobierno el riesgo país alcanzó su pico más alto de 2.141 puntos, el 13 de diciembre de 2023, luego de la aprobación del informe para primer debate del primer proyecto de ley económica que impulsó el Ejecutivo. Aquel puntaje fue el más alto que registró Ecuador después de la pandemia.
En tanto que el nivel más bajo que ha tenido el indicador durante la administración de Daniel Noboa ha sido de 1.111 puntos, el 29 de abril de 2024. El resultado se dio una semana después de la consulta popular promovida por el Gobierno, donde ganó el sí en nueve de once preguntas; y tras el acuerdo que Ecuador concretó con el Fondo Monetario Internacional (FMI), el 25 de abril, para un nuevo acuerdo de financiamiento por $ 4.000 millones.
Otros eventos que marcaron el comportamiento del riesgo país fue la declaración de conflicto armado interno, el 9 de enero, con lo cual el indicador registró 2.039 puntos. Y cuando entró en vigencia la tarifa del impuesto al valor agregado (IVA) al 15 %, el 1 de abril, ese indicador marcó 1.208 puntos.
Con la crisis energética, que se agudizó desde septiembre con apagones de hasta catorce horas diarias, el riesgo país no ha bajado de los 1.100 puntos. En este lapso el indicador ha llegado hasta los 1.361 puntos, el 15 de noviembre.
Juan Carlos Salvador, presidente del Colegio de Economistas de Pichincha, explica que el comportamiento del riesgo país refleja una combinación de factores, como la estabilidad política, el precio del petróleo, la política económica del Gobierno, así como también elementos externos.
Y que desde el gobierno anterior se ha tenido un “crecimiento exorbitante del riesgo país”. Los mercados internacionales ven que “las medidas implementadas para sostener el déficit fiscal, reducir el déficit fiscal, no están atacando estos problemas estructurales que demanda el país varios años”.
Salvador apunta que para disminuir el riesgo país no solo basta con que aumente el precio del petróleo, algo que no controla Ecuador, sino que se debe “tener una consistencia en la política económica”.
Y que tampoco aporta el incrementar impuestos si no hay eficiencia en los gastos y no se prioriza la inversión pública para generar capacidades en la población. “Los mercados evalúan esta consistencia en la reducción del déficit fiscal. Que no obedezca la reducción del déficit fiscal basado en una subejecución presupuestaria para reducir la presión de liquidez del Gobierno para pagar sus obligaciones”.
El Colegio de Economistas de Pichincha plantea la “integralidad de la política fiscal y económica”, que consiste en reducir el déficit fiscal, para no incurrir en más deuda, a través de “una política agresiva de reactivación económica”. La idea, en resumen, es fortalecer los ingresos permanentes de la caja fiscal no subiendo impuestos, sino cobrando bien los impuestos existentes, entre otras medidas. (I)