La refinería de Esmeraldas estaría próxima a volver a operar en su totalidad tras un largo periodo de mantenimiento, el cual se ha visto extendido en varias ocasiones. La intervención empezó en septiembre de 2024 y debía durar 65 días, pero ya lleva cinco meses.
Para el 15 de marzo, tentativamente, está previsto que se “entregue todo el programa de reparación”, informó el subsecretario de Exploración y Producción de Petróleo y Gas Natural del Ministerio de Energía y Minas, Hernán Poveda, en entrevista para EL UNIVERSO, el 26 de febrero.
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Poveda explicó que algunas plantas, como las unidades Crudo 1 y Crudo 2, ya se encuentran en producción. Trabajan con carga y están en observación.
En la misma situación está la Unidad de Fraccionamiento Catalítico Fluidizado (FCC), que es considerada “el corazón de la refinería”, cuya reparación ya culminó. Poveda describió que se hizo una carga inicial y luego se apagó para verificar la adherencia del recubrimiento cerámico interior, que es un aislante térmico refractario, “porque ese fue uno de los problemas graves que tenía esa planta”, recordó. Después se vuelve a cargar la unidad para que entre en funcionamiento.
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A parte de estas unidades, indicó, faltan otras plantas que deben entrar en funcionamiento.
“Para que la refinería esté completamente confiable debe pasar por un periodo de observación y de prueba, en el que se revisan los parámetros de funcionamiento como temperatura, caudal, presión, etcétera, condiciones del crudo que debe entrar a cada una de las plantas”, detalló.
El subsecretario aclaró que las demoras en el mantenimiento de la refinería de Esmeraldas se dieron porque, por un lado, “hubo problemas de contratistas que no pagaban a sus trabajadores”; por otro lado, “aparecieron nuevos daños, que estaban previstos, una vez que se abrieron las torres” y estas reparaciones requerían de nuevos contratos, que no se han podido realizar, afirmó el funcionario.
En esas condiciones, ante la falta de los contratos, lo que se hizo fue recurrir a bodegas que tiene Petroecuador en otros sectores “para pedir a préstamo, inclusive, apoyo de compañías que han podido prestar herramientas, han podido prestar partes y equipos para completar estos trabajos”, señaló.
El superintendente de la refinería de Esmeraldas, el pasado 20 de enero, dirigió un oficio al gerente de Refinación en el que informó de una nueva reprogramación de las fechas de arranque de las unidades, debido a que se debían formalizar algunos contratos, uno de ellos sobre el transporte de gas licuado de petróleo (GLP) para el arranque de las unidades.
Entonces se indicó que la unidad No Catalíticas I arrancaría a partir del 14 de febrero. En el caso de la unidad Catalíticas I (FCC), el mantenimiento terminaría el 14 de febrero, en los siguientes diez días se ejecutaría el secado de refractarios y actividades de arranque; en tanto que la producción estaba prevista para el 25 de febrero.
En el oficio se advertía que, si no se aseguraba el suministro de gas para la unidad FCC, habría retrasos en la reactivación de las unidades críticas, afectando la producción y la capacidad de cubrir la demanda del mercado.
También en enero, el viceministro de Hidrocarburos, Guillermo Ferreira, tras el evento de presentación del plan de inversión del sector de hidrocarburos, mencionó que desde 2019 la refinería no había sido sometida a mantenimiento. Cuando la actual administración procedió con los trabajos se descubrió que el refractario del reactor catalítico “estaba roto, quebrado”, lo cual amplió los plazos de la intervención y se requirieron contratos adicionales.
Hernán Poveda señaló que una refinería debe someterse a mantenimientos programados, normalmente, cada dos años. Aseguró que en la última intervención de la refinería de Esmeraldas, la compañía Reunidas, que estuvo a cargo, “la dejó con algunos problemas”, por ejemplo, en la planta de azufre, en la unidad HDT, ocasionando que no pueda funcionar al 100 %.
“Estos problemas han venido acarreando y causando otro tipo de problemas que han llevado a mantenimientos no programados”, aseveró el funcionario.
Los mantenimientos no programados, dijo, también son por la falta de una autonomía total en el sistema de abastecimiento eléctrico, porque la refinería posee sus propios generadores eléctricos. No obstante, Poveda reveló que uno de esos generadores no ha sido ni siquiera instalado, así que no ha estado en funcionamiento.
Para revertir esta situación, desde el Ministerio de Energía se dispuso que la planta de generación eléctrica opere. “Pensemos que si dependemos del Sistema Nacional Interconectado (SNI), que proviene de la termogas Esmeraldas, si se para esa planta térmica, se para la refinería y no tenemos un sistema autónomo confiable (de generación) para que pueda continuar funcionando independientemente del Sistema Nacional Interconectado”, alertó.
Según Poveda, el próximo mantenimiento de la refinería de Esmeraldas debería darse, de acuerdo con la técnica, en los siguientes dos años; es decir, en 2027.
“Esperemos que los trabajos de mantenimiento hayan sido hechos con sujeción a las normas, a los procedimientos y haya tenido un buen proceso de fiscalización”, comentó el subsecretario, mientras aclaraba que la fiscalización es una responsabilidad de la Gerencia General y la Gerencia de Refinación de Petroecuador.
Al Ministerio de Energía le corresponde regular la política, así como el cumplimiento de normas y procedimientos, pero la ejecución y calidad de los trabajos son responsabilidad de Petroecuador, remarcó.
La refinería de Esmeraldas tiene capacidad de 110.000 barriles al día. Produce naftas (gasolinas), diésel 2 y prémium, Jet A-1, fueloil, GLP, asfaltos y azufre. En 2024 generó 30,9 barriles de derivados, lo que representó una disminución del 19,7 %, en relación con la producción de 2023, según datos de Petroecuador. (I)