El pago de las utilidades anuales representa una fuente de ingresos adicionales para muchos trabajadores. Este beneficio, que debe ser distribuido por las empresas obligadas a llevar contabilidad, se paga a más tardar el 15 de abril de cada año y se determina en función del tiempo trabajado, sin tener en cuenta el cargo o función del empleado. Incluso aquellos con pocos meses de labor en una empresa tienen derecho a recibir esta compensación.
Según el decano de la Facultad de Ciencias Administrativas y Contables de la PUCE, Mariano Merchán, las utilidades pueden ser una oportunidad clave para ordenar las finanzas personales. “Lo importante es no emplearlas como dinero de bolsillo o gastarlas en cosas innecesarias que no aportan valor”, indicó Merchán.
En cuanto a las mejores opciones para destinar este dinero, Merchán sugiere priorizar el pago de deudas, especialmente aquellas con mayores tasas de interés, como las tarjetas de crédito. También recomienda utilizar las utilidades para realizar inversiones, como la contratación de un seguro médico o la inversión en un depósito a plazo fijo. Otra opción viable es destinar el monto a la compra de muebles, remodelación de la vivienda o incluso como entrada para la adquisición de bienes inmuebles.
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En el artículo 97 del Código de Trabajo se establece la participación de trabajadores en las utilidades de la empresa.
El reparto de las utilidades se efectúa de la siguiente manera:
- El 10 % se dividirá para los trabajadores de la empresa, sin consideración a las remuneraciones recibidas por cada uno de ellos durante el año correspondiente al reparto, y será entregado directamente al trabajador.
- El 5 % restante será entregado directamente a los trabajadores de la empresa, en proporción a sus cargas familiares, entendiéndose por estas al cónyuge o conviviente en unión de hecho, los hijos menores de 18 años y los hijos de cualquier edad con discapacidad. (I)