La anunciada salida del mercado ecuatoriano de la ensambladora GM OBB de General Motors, que funciona en Quito y que cesará sus operaciones a finales de agosto próximo, ha generado que la industria automotriz local empiece a buscar alternativas para enfrentar el impacto en la producción de vehículos ensamblados y en las empresas autopartistas, que provocará la ausencia de la planta que posee el 51 % de participación de los vehículos ensamblados por marcas, según las últimas cifras publicadas de la Cámara de la Industria Automotriz Ecuatoriana (Cinae).