La baja en la cota del embalse de Mazar en plena crisis energética en Ecuador muestra que “estamos en terapia intensiva”, porque las lluvias de unos pocos días tampoco serán suficientes, solo “alivia” para que se recupere el embalse. Debe llover entre 20 y 30 días seguidos para recuperar el embalse y de ahí la importancia de informar a la ciudadanía cuán crítico es el panorama y no generar falsas expectativas. Así lo advierten entendidos en la materia.

Pese a que se redujeron las horas de apagones en el sector residencial, de las más de diez horas pasaron que a cuatro y seis horas, para las industrias ocurrió lo contrario. El fin de semana las autoridades eléctricas les pidió reducir el consumo de energía de hasta el 50 % y 100 % “de 08:00 a 18:00, todos los días, por un periodo de al menos quince días hasta recuperar las reservas energéticas de la central Mazar”.

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Desde que empezaron los racionamientos en el país, el pasado 23 de septiembre, el Gobierno repetidamente ha indicado que el embalse de Mazar “es el más importante para regular el sistema energético de Ecuador” y que controlarlo “permite tener una predictibilidad de los cortes, por eso los apagones”.

¿Por qué se cuida tanto el embalse de Mazar?

El embalse de Mazar, que se encuentra en Azuay, en el sur de Ecuador, alimenta a los de Amaluza y Sopladora, que se encuentran aguas abajo. Estas represas contienen el agua para el Complejo Hidroeléctrico Paute Integral, conformado por las centrales Mazar (embalse Mazar); Molino (embalse Amaluza) y Sopladora (embalse Sopladora), que juntas aportan con 1.757 megavatios (MW) al Sistema Nacional Interconectado (SNI).

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La cota máxima de Mazar es de 2.153 metros sobre el nivel del mar (m.s.n.m.), la mínima es de 2.098 m.s.n.m., aunque esta última de acuerdo con los expertos es de 2.115 m.s.n.m. Y ya está por debajo de eso.

La cota estuvo en la mañana del lunes 7 de octubre en 2.116,3 m.s.n.m. y en la tarde bajó a 2.115,94 metros. Este martes 8 de octubre, a las 09:00, ya estaba en 2.114,46 m.s.n.m. y a las 15:00 llegó a 2.113,93 metros.

El día en que más alta estuvo en lo que va del mes fue el 3 de octubre, con 2.119,9 metros, por lo que en estos últimos días de octubre hay una baja de 6 metros.

Si la cota sigue cayendo, según el consultor energético Jorge Luis Hidalgo, los cortes se mantendrán. Los números muestran que “estamos en terapia intensiva y no solo eso, sino que van a incumplir con la programación, porque ahora ya empiezan las restricciones al azar”.

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Hidalgo comenta que la generación que ha ingresado al sistema nacional interconectado no es suficiente y lo único que tal vez medio se puede gestionar es que haya menos horas de apagones, pero los cortes probablemente van a durar hasta diciembre o abril, debido a que el déficit es de 1.080 MW, es decir, que estamos cubiertos en el 8 %. Además, que se debe considerar que en diciembre se incrementa el consumo.

El analista energético Fernando Salinas comenta que la cota mínima de operación de Mazar es 2.115 m.s.n.m. y “bajo esta cota no es posible operar la central Mazar”.

Hidalgo comenta que “nos hemos consumido el embalse, ahora vivimos prácticamente un día a la vez, por eso es que hacen este parón tan dramático” en la industria y que la actual situación no fue de un día a otro, pues ya se anticipaba. “Ya veníamos en caída libre, pedíamos que empiecen los racionamientos, no lo hicieron, una cosa es tener un embalse a 2.130, 2.135 -y empezar a gestionar- que a 2.116″.

Agrega que no es justo que de un día a otro paralicen al sector empresarial de una forma tan agresiva porque va a desencadenar en desabastecimiento, quiebras y despidos” y si ahora “no nos queda de otra”, es “porque nos llevaron al límite sin restricciones y ahí solo se me ocurre pensar que entran unos análisis probablemente políticos”.

Salinas indica que debe llover copiosamente alrededor de tres semanas para que se recupere el único embalse con capacidad de regulación mensual que es el embalse de Mazar, ya que de este depende la generación de Mazar (180 MW), Paute-Molino (1100 MW) y Sopladora (487) con una potencia de alrededor de 1.800 MW.

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Un criterio similar tiene Hidalgo, quien indica que se necesitan lluvias por 20, 30 días seguidos, y no precipitaciones de pocos días, porque hay que llenar el embalse: si no se llena no hay forma de salir, porque este permite gestionar. La época actual tampoco favorece, porque octubre y noviembre históricamente han sido meses secos, “no va a llover”, incluso se puede bombardear las nubes, pero estos meses son secos, reitera.

En ese contexto, señala que se debe informar a la población que la situación es crítica y no generar falsas expectativas. “No es sensato decirle a la población con una falsa expectativa de que hay una mejora de un metro cúbico, que ha llovido un poquito. Es mejor prepararnos, anticiparnos, prever, entendernos entre todos” y una vez que medio pase esta crisis, ver cómo manejamos soluciones a mediano y largo plazo”.

Asimismo, indica que es importante que se informe a la ciudadanía del costo real de la energía, “porque no es posible que regalemos la energía, por ejemplo, a las grandes mineras”. Dice que actualmente siguen los subsidios eléctricos que pueden corregirse hoy mismo, pero no ha habido voluntad política para hacerlo. “Aumentar recaudación no genera kilovatios, pero con más plata puede generar soluciones, este país qué hace regalando energía, mientras quiebra el sector empresarial y peor al sector pequeño y mediano”, asegura. (I)