Al conmemorarse este 5 de junio el Día Mundial del Ambiente se vuelve la fecha perfecta para hablar de economía circular, consumo responsable y el impacto que tienen los residuos electrónicos. El primer paso para alcanzarlo es comprender que los ciudadanos somos responsables por lo que adquirimos y cómo nos deshacemos de los mismos.

La economía circular busca revertir el impacto negativo del modelo económico lineal que hemos venido implementando y que consiste en extraer recursos naturales, producir, usar y desechar, para pasar a un modelo de reducir, reusar y reciclar.

Desde mayo, Ecuador cuenta con la Ley de Economía Circular, dentro de la cual se impulsa el Consumo Responsable, que significa que “un ciudadano socialmente responsable elija los productos y servicios no sólo en base a su calidad y precio, sino también teniendo en cuenta los impactos socioambientales (…), así como las prácticas de las empresas que los elaboran”. Al momento de que se convierten en residuos, separarlos en casa es solo el primer paso, el real impacto está en escoger bien qué tratamiento van a tener esos residuos.

Los residuos electrónicos son uno de los desechos que más se deben tomar en cuenta en este modelo, esto debido a que según la ONU son la nueva plaga del siglo, no se descomponen nunca y son los más peligrosos para el ambiente y las personas por la cantidad de metales pesados como mercurio, plomo, arsénico, cadmio y otras sustancias tóxicas que contienen.

Compra consciente

“Lo primero que debemos hacer es reducir, es pensar si realmente necesito ese aparato electrónico antes de comprarlo. Cuando ya hayan cumplido su vida útil y antes de comprar equipos nuevos, debo ser responsable y buscar cómo deshacerme de la basura electrónica correctamente; la solución no es botarlo en la basura, porque ahí estamos enterrando un problema”, afirma Jhoanna Rosales, especialista en el tema y representante de Vertmonde, el único gestor especializado en residuos electrónicos del país.

En Ecuador, la planta Vertmonde cuenta con una capacidad de reciclaje de más de 3.000 toneladas de residuos por año, lo que permitirá procesar mas del 40% de los residuos electrónicos generados en todo el país, en un paso del modelo de economía lineal a la economía circular.

Sin embargo, con un proceso técnico, aportan en gran medida a la economía circular, pues pueden ser reciclados hasta en un 95%, permitiendo que sus componentes sean utilizados como materia prima en otras industrias como, por ejemplo, el de la construcción o producción.

Pese a estos beneficios, según un informe de la ONU, en el mundo el 80% de estos residuos terminan en vertederos, quebradas, ríos, entre otros, y menos del 20% son reciclados. En Ecuador se estima que el 97% de los residuos son quemados, enterrados o abandonos en el ambiente, por lo que es hora de cambiar esta realidad.

Corresponsabilidad

Sobre este último punto, en el Libro Blanco de Economía Circular de Ecuador se hace énfasis en la Responsabilidad Extendida del Productor e Importador, que se refiere a que quienes producen o importan enseres domésticos o aparatos electrónicos, tienen que también buscar la forma de dar un tratamiento técnico adecuado cuando finalizan su vida útil.

“Esto sucede en otros países, quienes comercializan o producen equipos electrónicos tienen campañas de recolección gratuitas y los mejores procesos para que sean reciclados. Actualmente, algunas empresas responsables lo hacen en el país, pero no es aún una obligatoriedad. Sin embargo, sí es un derecho y deber como ciudadanos responsables el exigir soluciones ambientales”, añade Rosales.

En el Libro Blanco, también se indica que para alcanzar la economía circular es indispensable el compromiso de los consumidores, quienes busquen; y por qué no exijan, productos más circulares, ambiental y socialmente responsables; pero también que la ciudadanía tome responsabilidad sobre los residuos generales y se aseguren que no van a causar contaminación una vez que los boten.

Evite desecharlos en la basura común

Para ello, señala el documento, es indispensable asegurar el acceso a información y empoderar al consumidor para evitar que los residuos electrónicos sean enviados con la basura común, sean entregados a chatarreros y recicladores informales, y peor aún abandonados en una vereda. Un tema que desde hace ya hace varios años ha sido una insistencia de grupos ambientales. (I)