Este viernes 2 de mayo se celebra el Día Internacional del Atún, uno de los principales productos de exportación de la canasta no petrolera ecuatoriana. Solo entre enero y febrero pasado, según cifras oficiales, Ecuador percibió $ 263 millones por la exportación de enlatadas de pescado, entre los que se incluyen las conservas de atún. Solo en la Unión Europea, este último producto significó $ 138 millones para la economía del país, en ese periodo. Guillermo Morán, director ejecutivo de la Fundación Tunacons, resalta el crecimiento de esta industria y sus retos para llegar cada vez a más mercados.
¿Cuál es la situación actual de Ecuador en cómo está el atún ecuatoriano?
El sector es una cadena fuerte, ha venido creciendo, es el cuarto rubro de exportación no petrolera, si lo ves del punto de productos primarios. El año pasado se exportaron más de $ 1.600 millones solo en productos del atún, la pesca en general fue de $ 2.200 millones, el atún es el que sobresale en en exportaciones.
Existen más de 20 empresas ubicadas entre Manta y Posorja, que son los dos centros principales de procesamiento de atún, tenemos más de 105 barcos atuneros, pero Ecuador se ha convertido no solo en un centro un centro de pesca, el centro de la mayor flota del Pacífico Oriental sigue siendo la flota atunera ecuatoriana, sino también que somos un centro de procesamiento de atún de otros países, es decir, otras banderas, que vienen de Panamá, Colombia, de la misma Unión Europea que operan por aquí, pues vienen y procesan en en las plantas procesadoras que están en Manta y en Posorja.
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¿Cuáles son los principales mercados del atún ecuatoriano?
Más del 50 % de nuestras exportaciones va hacia la Comunidad Europea, el segundo mercado es Latinoamérica y el tercero Estados Unidos que siempre habrá un potencial de mejorarlo una vez que los aranceles para el atún se negocien bien y se pueda competir con otras marcas locales de Estados Unidos o también con los productos que vienen de Asia hacia Estados Unidos. Así que ahí todavía tenemos un pendiente y la posibilidad de seguir creciendo, pero nuestro mercado hoy en día es el es la Unión Europea, donde además de requerir un producto de esta calidad que presente Ecuador, pues también está exigiendo que venga de una fuente sostenible, que se demuestre que se esté pescando con el menor impacto en el ecosistema marino y debidamente verificado. Eso es lo que acabamos de lograr como Tunacons.
¿Cómo han logrado esto?
Tunacons es un brazo técnico de 10 empresas para poder lograr esta certificación que nos ha costado 8 años. Primero llegamos a la (certificación Marine Stewardship Council -MSC-) del (atún) aleta amarilla hace 3 años, luego el barrilete y este año ya concluimos con el atún patudo que ya se convierte en el 100 % de nuestras capturas de los 58 barcos que son miembros de Tunacons que son certificados por el MSC y eso nos da un plus en la competitividad.
¿EE. UU. es su tercer mejor mercado, cómo impactan los aranceles recíprocos que se cobran desde el 5 de abril?
Todavía no está muy claro cuál va a ser la posición definitiva del gobierno de Estados Unidos, es que es el 10 % más lo que ya teníamos. Entonces, los otros (países) se quedan en 10 %, los que tenían cero o tenían un arancel menor se quedan en 10, pero nosotros si teníamos 24 % para atún en agua, se suma 10 (%), es 34 %, seguimos estando fuera del mercado de Estados Unidos. Sin embargo, hay la iniciativa y no de ahora, sino ya de unos 3 años, de tratar de llegar a un acuerdo comercial con Estados Unidos a través de la ley IDEA, que esto es un proceso que viene empujando la Cámara de Pesquería y ver pues ahora con las posición de Estados Unidos de aquí a 3 meses, 2 meses, cuál es la posición definitiva.
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La verdad que causa mucha incertidumbre todavía, pero nuestro mercado sigue siendo la Unión Europea y Latinoamérica donde hay un potencial de crecimiento del consumo de atún en países grandes como Brasil, como Argentina, el mismo Chile, que tienen consumos per cápita que pueden ir mejorando a futuro, pues siguen siendo nuestra oportunidad.
Los aranceles de EE. UU. también pueden impactar indirectamente en sus principales mercados como la UE que está negociando acuerdos comerciales con Asia.
De hecho sí, ellos están tratando de llegar a un acuerdo de libre comercio con Tailandia, que es nuestro principal competidor y allí hay también una posición ya de la flota europea de Francia, de España, que son las flotas atuneras más grandes que tienen. Nosotros también hemos dicho que queremos competir en las mismas condiciones y cuando hablamos de las mismas condiciones, no solamente es el arancel, sino en las mismas condiciones laborales y de subsidios a la pesca. Hay una mesa de trabajo de subsidios a la pesca en la OMC porque hay subsidios que son demasiado agresivos y un país en vía de desarrollo como el nuestro puede verse desplazado.
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¿Qué pasa con el asunto de la tarjeta amarilla con la Unión Europea?
La tarjeta amarilla es una advertencia, felizmente todavía no es una sanción, el asunto es evitar llegar a la roja, la roja sí ya nos ahí cerremos las puertas y vamos de acá, creo que estamos lejos de la roja, porque en verdad el plan de acción que se diseñó hace años atrás, hace 6 años que comenzó este tema, pues se ha cumplido, yo creo que casi el 100 %, porque la nueva ley de pesca, el nuevo reglamento, los nuevos mecanismos de sistema de información al interior de la Subsecretaría de Pesca y del Viceministerio de Pesca, pues están funcionando.
¿Cómo les afecta?
A la industria sí le afecta todavía tener tarjeta amarilla, porque de nada vale que tengas la mejor flota, el mejor producto, certificación de sostenibilidad por un ente independiente y todavía tienes una tarjeta amarilla donde ciertos compradores en Europa todavía te dicen “Estás con tarjeta amarilla”. ...eso sí nos quita peso a todo este paquete de cosas positivas que sí tenemos, este elemento nos está haciendo impedir ampliar el mercado.
¿Salir de la tarjeta amarilla significaría poder expandir a más mercados?
Sí, hay nichos de mercado que se pueden ampliar. Si bien los límites de pesca pues dicen, “Oye, no es que puedo no estoy sembrando como para traer más producción, pero sí podemos traer más flota que pueda desembarcar aquí, que tenga origen, que considere la unión Unión Europea que tenga origen para poder ampliar esos mercados en estos países que son un poco más restrictivos o las empresas que son más restrictivas, porque no son los gobiernos, sino son más bien las las empresas que tienen sus políticas de compra.
¿Cuáles son las expectativas a futuro para la industria ecuatoriana del atún?
Desde el punto de vista del alimento, es un producto que va a estar ahí en la canasta básica y no es como un producto de bajo costo, este es un producto que tampoco tiene que ser caro, pero también hay que tomar el valor que hay detrás de la cadena, desde el pescador hasta las mujeres que trabajan en las plantas y es un producto que hay que diferenciarlo a la hora del consumo. Creo que tenemos un futuro todavía de crecimiento en precios, de crecimiento en valor agregado, el Ecuador tiene allí un potencial, se puede crecer. La FAO dice que el consumo per cápita del mundo o la demanda del mundo está en 3 % anual de crecimiento.
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A lo mejor seguimos vendiendo las mismas 600.000 toneladas al año, pero ya no valdrán $ 1.600 millones, valdrán $ 2.000 millones, $ 2.500 millones, que son ingresos para el país. (I)