La existencia de defectos de fábrica en los distribuidores o caracoles de las turbinas de Coca Codo Sinclair se conocían desde marzo de 2014, es decir, desde antes de que estos sean ensamblados en territorio ecuatoriano. Pese a informes y alarmas levantadas por la propia empresa fiscalizadora (Asociación de Control de Fiscalización, ASOC CFE), la obra siguió avanzando.