El panorama eléctrico del país es sensible y ante la llegada prematura del estiaje, Ecuador se enfrenta a una emergencia eléctrica con el tiempo en contra. Además, el aumento de la demanda energética ha crecido en un 10 %, lo que se traduce a que el país tendrá que invertir anualmente en una generación de más de 500 megavatios (MW) de base.