El flujo de capitales de países considerados autoritarios como China, Rusia y las denominadas petromonarquías a países con institucionalidades débiles, como por ejemplo los de nuestra región, entre ellos Venezuela, Bolivia y Ecuador, ha dejado en casi dos décadas una marca o patrón que los define como “capitales corrosivos”. Así lo indica el último informe de la fundación Ciudadanía y Desarrollo, titulado Inversiones chinas, ¿cómo han afectado a la institucionalidad de Ecuador?, que fue presentado este 12 de octubre en Quito y que cuenta con el aval del Centro Internacional para la Empresa Privada (CIPE).