Las pequeñas y medianas empresas (pymes) del Ecuador enfrentan un panorama desafiante ante la doble crisis que azota al país. Según una reciente encuesta realizada por el Observatorio de la Pyme de la Universidad Andina Simón Bolívar (UASB), el 50 % de las empresas reportaron haber sido “severamente afectadas” por la crisis energética, mientras que un 47 % adicional experimentó afectaciones moderadas.
El estudio fue realizado a 563 empresas afiliadas a cuatro gremios: Cámara de la Pequeña y Mediana Empresa de Pichincha (Capeipi), Cámara de la Pequeña Industria del Guayas (Capig), Cámara de la Pequeña y Mediana Industria de Tungurahua (Capit) y Cámara de la Pequeña Industria del Azuay (Capia).
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Los datos fueron recolectados en los meses de septiembre, octubre y noviembre de 2024. Incluye a empresas de más de diez sectores productivos, entre los que se encuentran alimentos y bebidas, construcción, cuero y calzado, gráfico, maderero, metalmecánico y eléctrico, productos químicos y plásticos, textiles, tecnologías de información y comunicación (TIC) y otros.
El impacto económico de los apagones fue considerable, ya que el 24,9 % de los negocios reportó caídas en sus ventas y disminución de ingresos, mientras que el 13 % sufrió paralizaciones y estancamiento en su producción.
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Ante esta situación, el 77 % de las pymes se vio obligado a implementar medidas de mitigación, destacando que el 63 % optó por la implementación de energías alternativas y un 13 % decidió ajustar los horarios de trabajo para hacer frente a los apagones.
Tres de cada cuatro empresarios consultados señalaron que ambas crisis han tenido un impacto similar en sus negocios, evidenciando la grave situación que enfrenta el sector productivo ecuatoriano en la actualidad.
La crisis de inseguridad no se queda atrás en cuanto a su impacto en el sector. El 38 % de las empresas reportó afectaciones severas y un 49 % calificó que si bien los efectos no han sido devastadores, sí ha experimentado un nivel moderado de afectación. Apenas menos del 1 % de las empresas indicó no haber sido afectado por la inseguridad.
El informe fue presentado este miércoles, 12 de febrero, en un evento virtual. Allí, Wilson Araque, director del observatorio, analizó que, dadas las condiciones del país, los empresarios están considerando las dos variables —apagones e inseguridad— dentro de sus planificaciones y estructura presupuestaria, ya que los costos se han visto afectados por inversiones y gastos imprevistos previstos, que han tenido que realizar para salir a flote en momentos complicados.
Por su parte, Teófilo Castro, presidente de la Cámara de la Pequeña Industria del Azuay, comentó que una buena parte de las empresas tuvo una fuerte contracción de ventas por los racionamientos, que no permitieron cubrir los costos operativos. De igual manera, dijo, la inseguridad es un factor que genera temor e incertidumbre.
Castro mencionó que se requieren políticas públicas que permitan, por ejemplo, una mayor participación de las inversiones del sector privado en el área energética; además, revisar la legislación laboral para mejorar las condiciones de contratación. (I)