Los racionamientos eléctricos que vive el país han complicado el escenario laboral de quienes trabajan de manera telemática desde sus hogares: los que trabajan de forma independiente y los que trabajan vinculados a una empresa.

Trabajadores independientes como Karina Sevilla, psicóloga que ofrece terapias en modalidad online a sus pacientes, han visto a su clientela disminuir considerablemente por factores asociados directamente a la falta de energía eléctrica. Los pacientes no pueden conectarse a las sesiones porque no tienen luz en sus hogares o ella no cuenta con el suministro para poder impartirles sus terapias.

De otro lado, Giullyana Galeas es trabajadora remota en una empresa dedicada al diseño y desarrollo de aplicaciones móviles y web y cuenta que dentro de la compañía para la cual trabaja se ha permitido a los empleados rehacer sus horarios o recuperar horas en los fines de semana, dándoles mayor flexibilidad.

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En cambio, David Pólit es arquitecto y trabaja un 90 % de manera telemática y por los cortes está obligado a movilizarse hacia la casa de sus suegros para poder cumplir con sus labores, porque en el edificio donde ellos viven cuenta con planta eléctrica y pueden trabajar con una cercana normalidad. Sin embargo, la distancia de la casa hace que su retorno se complique.

Sus jefes entienden la situación de la crisis eléctrica. Y él cumple con sus horas de trabajo, y para ello ha tenido que conectarse en horas de la noche algunos días. Su esposa también trabaja de manera remota, y los dos han tenido que adaptarse para poder cumplir al 100 % con sus actividades.

Mientras que otros trabajadores dependientes optaron por regresar a la presencialidad, dado que en el lugar de sus trabajos existen generadores de energía eléctrica, los cuales permiten a los empleados trabajar sin ningún inconveniente.

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El teletrabajo tuvo su despegue en la pandemia del COVID-19 en el año 2020. Los empleados migraron a esta modalidad laboral ante el riesgo de contagios. Pero después de superar la crisis sanitaria se retomó la presencialidad, aunque algunos se quedaron en teletrabajo. (I)