Intensas lluvias o todo lo contrario generalmente a finales de año o los primeros meses de uno nuevo se han vuelto parte de las condiciones climáticas que enfrentan los ecuatorianos, muchas veces impulsados por eventos naturales recurrentes como son el denominado Fenómeno de El Niño y también La Niña, que involucran una interacción océano-atmósfera.