El caso de Phineas Cage es un clásico de la neurociencia: Una explosión de pólvora provocó que una barra de cinco kilos de peso, más de un metro de largo y 2,5 centímetros de grosor atravesó su cabeza, ingrese por su mejilla izquierda y saliera por la parte superior del cráneo. Cage sobrevivió, pero su carácter cambió radicalmente, volviéndose una persona extrovertida y malhablada, pero antes era alguien muy tímido.