El 6 de octubre pasado, dos vigilantes metropolitanos de tránsito evitaron que una mujer salte de un puente peatonal en el sur de Quito; tres semanas más tarde, otra agente impidió que un hombre se lance al río Chiche, en Puembo, al nororiente de la capital. Cerca de esa parroquia, en Pifo, a los pocos días, dos niños fueron encontrados sin vida por envenenamiento y su madre fue trasladada a un hospital luego de que intentó suicidarse con sustancias químicas.