En agonía, decepcionados a ratos, pero firmes en la lucha permanecen las víctimas y los familiares de los afectados por la revuelta del 30 de septiembre de 2010 (30-S) que aún esperan que la justicia esclarezca la verdad y que, además, se siente un precedente para que no vuelvan a ocurrir casos de lo que ellos consideran como persecución por parte del Estado.