La actividad minera ecuatoriana se ha visto golpeada por la pandemia del COVID-19 y a la vez frenada por problemas jurídicos y sociales. Actualmente solo tres de los cinco proyectos emblemáticos siguen su curso: Mirador, Fruta del Norte y Loma Larga, aunque con las restricciones que implican cumplir con rigurosos protocolos de bioseguridad. Los otros dos, San Carlos Panantza y Río Blanco, están paralizados por el bloqueo de las comunidades.