Cada año a finales de junio miles de canes son sacrificados en el festival anual de 10 días en la ciudad de Yulín, al sur de China, en la famosa "Fiesta de la carne de perro", en que muchos visitantes compran perros que se exhiben en jaulas estrechas para cocinarlos en ollas. Pero este año, el coronavirus salvará la vida de algunos.