Paccha es una parroquia rural distante a 11 kilómetros de Cuenca. Su gente mantiene vivas las leyendas y oficios que se remontan a los años previos de la fundación de Cuenca, en 1557, y aún es fácil encontrar a artesanos que realizan trabajos en totora, a paisanos que cuenten la leyenda del cerro Guagualzhumi o a un devoto que se refiera a la celebración religiosa de la Virgen de los Dolores.