Unos 261.767 ecuatorianos perdieron sus plazas de trabajo de empleo pleno entre marzo del 2018 y marzo del 2019. Así el empleo pleno –que es aquel en el cual el trabajador labora al menos 40 horas semanales, y gana al menos el salario básico– continúa con su deterioro desde 2014 (último dato del INEC) cuando este índice se había colocado en 45,5%. En el último año, este pasó de 41,1% a 37,9%, una diferencia estadísticamente significativa.