Miriam Espinoza utiliza botas para caminar por la sala de su casa y sus enseres permanecen amontonados en lugares más altos, mientras que varios vecinos miran curiosos los pasillos de la escuela de educación básica Matilde Hidalgo de Procel. La vivienda y el plantel, así como otras casas, llevan más de cinco días con el agua estancada por las lluvias y el desbordamiento del río Pula en el recinto Laurel-Salitre, en el cantón Salitre, Guayas.