Las fisuras en los distribuidores de agua que alimentan a las turbinas de la central hidroeléctrica Coca Codo Sinclair amenazan con paralizar, en cualquier momento, las ocho unidades de generación de energía eléctrica. “Las consecuencias son impredecibles”, advirtieron por escrito en el 2015 –más de un año antes de la inauguración oficial– los técnicos de la obra a los gerentes de turno.