Manejó las redes sociales para el príncipe heredero de Arabia Saudita, fue el cerebro del arresto de cientos de miembros de la elite del país, detuvo a un primer ministro libanés, y, según dos fuentes de inteligencia, dirigió el brutal asesinato del periodista Jamal Khashoggi en el consulado saudí en Estambul dando órdenes a través de Skype.