“Había escuchado de lo maravilloso que es la cascada Pailón del Diablo, pero venir acá es una experiencia única, es una bendición de Dios que este encanto natural esté en nuestra tierra”, manifestó Édgar Contreras, quiteño que junto con su familia recorrieron puntos turísticos de Baños de Agua Santa, aprovechando las vacaciones escolares de sus hijos.