Mientras al menos 134 personas han muerto debido a la violenta represión en Nicaragua contra los manifestantes antigubernamentales que se han tomado las calles desde el 18 de abril, según organizaciones de derechos humanos, una ciudad se convierte en bastión de la rebeldía contra el Gobierno.

Masaya es un pueblo de raíces indígenas, el primero que se sublevó contra la dictadura somocista y que ahora se levanta contra el gobierno de Daniel Ortega, pese a que el mandatario insiste en ‘aplastar’ la resistencia.

Es un pueblo formado por antiguas tribus chorotegas, también conocidas como dirianes, que conservan una “fuertísima relación comunitaria”, explicó la historiadora y exguerrillera Mónica Baltodano, ahora opositora de Ortega.

Publicidad

Masaya es un departamento con nueve municipios autosuficientes que producen su propio alimento, como granos y verduras, un centro de artesanos y gente laboriosa, dijo Baltodano, exmiembro de la Dirección Nacional del gobernante Frente Sandinista (FSLN).

En uno de sus municipios, Catarina, reinó el aguerrido cacique Diriangén, cuya rebeldía –según se dice– heredaron los habitantes del combativo barrio Monimbó de Masaya.

En febrero de 1978, los monimboceños se alzaron contra la dictadura de Anastasio Somoza sin la dirección de la entonces guerrilla sandinista. “Levantaron sus propias barricadas para defender al pueblo de las agresiones de la guardia”, recordó Baltodano. Y el 27 de junio de 1979, miles de combatientes sandinistas se replegaron en silencio por la noche de Managua a Masaya, en medio de la represión de Somoza, para oxigenar a sus fuerzas antes de la insurrección final.

Publicidad

Cuando la Guardia Nacional se dio cuenta, los bombardeó con aviones, lo que sería recordado como “el repliegue”, que los sandinistas conmemoran todos los años.

Los de Masaya luego se sumaron a la insurrección popular que encabezó el FSLN contra la dictadura somocista, derrocada el 19 de julio de 1979.

Publicidad

Actualmente Masaya es considerado “el motor” de las protestas contra el gobierno de Ortega, por su resistencia y rebeldía. Iniciadas el 18 de abril, las manifestaciones han dejado decenas de muertos en el país.

El Gobierno ha querido “aplastar a Masaya porque es ejemplo de resistencia cívica, creen que al aplastarlos a ellos van a aplastar las protestas en el resto del país”, dijo Baltodano.

El departamento de Masaya alberga a más de 300.000 habitantes, de los cuales unos 100.000 viven en la cabecera del mismo nombre.

En tanto, ayer se conoció que EE.UU. puso restricciones de visado a funcionarios nicaragüenses responsables de abusos contra los derechos humanos que se han cometido durante las protestas.

Publicidad

134 fallecidos
Esa es la cantidad de personas que han muerto desde que empezaron las protestas en abril. (I)