Ante un perito internacional, el sacerdote César Cordero Moscoso declaró ser inocente de las cinco denuncias de abuso sexual presentadas por supuestas víctimas a la Arquidiócesis de Cuenca y a la Fiscalía del Azuay. Y aseguró que quienes increpan a sacerdotes quieren dinero e incluso cuestionó el perdón que el papa Francisco dio a las víctimas de abuso sexual.