Los catalogan como grupo armado, delincuencial, peligroso y sanguinario, que se dedica al narcotráfico, y al que las autoridades colombianas le atribuyen atentados y masacres en su país. También se los responsabiliza por los atentados de este año en la frontera norte de Ecuador, que han cobrado la vida de cuatro militares ecuatorianos, y por el secuestro del equipo periodístico de El Comercio, el pasado 26 de marzo en Mataje, San Lorenzo, provincia de Esmeraldas.