Las filas son más largas en los couriers para recibir dinero o enviar paquetes en dos épocas del año: carnaval y Navidad. Lo sabe Blanca Ayayco. Ella tiene a su hermano y cuñados viviendo en Estados Unidos desde hace 18 años y aunque hasta ahora no han regularizado su situación y su viaje aún no tiene fecha de retorno, le “siguen ayudando” a mantener los gastos de su casa enviando dinero de su trabajo en la construcción.

Es que el cariño puede más que la crisis, dicen los familiares de emigrantes azuayos que se acercan a los correos privados a recibir lo que les mandan del exterior.

El último reporte del Banco Central del Ecuador (BCE) indica que el flujo de las remesas se incrementó en el tercer trimestre del 2017, sumó $ 752,2 millones, cifra que es superior a la del segundo trimestre del año (en ese caso el aumento es del 7,6 %) y a la del tercer trimestre del 2016 (12,9 % más). Y esto lo atribuye al crecimiento de las economías de los países donde se originan estas remesas.

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Así como los familiares de Blanca, la mayoría de quienes envían dinero al país lo hace desde Estados Unidos. Del flujo de remesas recibidos, el 55,2 % procede de ese país. Le siguen España e Italia.

Las principales capitales de provincia, como Guayaquil, Cuenca y Quito, concentran el 54,3 % de los envíos, las tres en conjunto recibieron $ 408,2 millones.

Para el decano de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Cuenca, Rodrigo Mendieta, el incremento de remesas en esta temporada del año es normal y se fundamenta en las estadísticas. Se basa en las cifras del Central que muestran que en el cuarto trimestre del 2015 ingresaron al país $ 635 millones por remesas y en el mismo periodo del 2016, $ 671 millones. Al considerar que en el primer semestre de este año las remesas aumentaron, augura que la cifra crecerá entre el 5 % y 10 % para fines del 2017.

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Aunque el incremento puede verse como un tema positivo desde la perspectiva económica, Mendieta considera que también se deben considerar los componentes sociales, en especial porque la gente seguirá viajando (algunos de manera riesgosa) con la ilusión de tener un trabajo mejor remunerado. Pero tampoco hay que ser del todo pesimista, sino que se debe pensar en cómo canalizar el dinero enviado para generar emprendimientos y fuentes de empleo.

Remesas enviadas
Los extranjeros que viven en el país enviaron $ 96,5 millones a sus familias. De acuerdo con el más reciente reporte del Banco Central, los colombianos mandaron entre julio y septiembre pasados $ 58,7 millones. Los peruanos, $ 13,2 millones.

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Otros destinos
A China se enviaron $ 5 millones y $ 19,6 millones al resto de países.

Cuyes, licor y humitas se mandan como agradecimiento

Las remesas de fin de año están ligadas al envío y recepción de paquetes. De afuera envían el dinero, ropa o juguetes y desde acá van cuyes, licor, humitas, panes de Pascua y dulces de Corpus. Los padres de Gabriela Baculima viven en Queens, Nueva York, desde hace 20 años, y en todo ese tiempo la han ayudado con efectivo para subsistir, y en agradecimiento este martes ella les mandó dos cuyes y dulces. El paquete le costó 33 dólares y el envío igual. “Allá sí hay, pero el sabor es diferente, no es lo mismo”, comenta.

La jefa de Personal de Corporaciones Unidas, Alexandra Narváez, explica que en esta época del año la demanda de envíos se incrementa. En días habituales se envía tres veces a la semana, pero hasta este 31 de diciembre será diario.

Esto aunque en general estima que el envío de paquetes ha bajado el 20 % por factores económicos y administrativos, en especial por la limitación de enviar paquetes por la regulación aduanera 4x4 y porque los emigrantes que deseen exonerarse de impuestos en sus envíos deben registrarse en la Cancillería, lo que genera temor, sobre todo en los indocumentados, sostiene. (I)

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