“El padre es especial, tiene un carisma único para atraer a las personas, al momento de evangelizar lo hace con un lenguaje sencillo, pero su labor pastoral no se queda ahí porque ayuda a la gente que lo necesita, por eso la comunidad con mucho gusto le brinda apoyo”, dijo Vicente Moya sobre el sacerdote Édison Naranjo Luzuriaga, 45 años, párroco de la Sagrada Familia, en la parte alta de la urbe.