La angustia crece entre los familiares de los 44 tripulantes que esperan noticias en la base naval de Mar del Plata, adonde debía haber arribado ayer el submarino ARA de San Juan, desaparecido en el Atlántico sur y del cual no hay aún ningún rastro desde la última comunicación del pasado miércoles cuando reportó una “avería en las baterías”.