Lo planificado en Guayaquil como un simulacro con referencia en un terremoto de magnitud 7,8 en la escala de Richter se convirtió en susto real con evacuación de edificios, retiro de escolares de planteles, atención médica por presión arterial, trabas en el tránsito, suspensión de clases e incluso ansiedad por posibles réplicas del temblor registrado a las 08:40, de magnitud 6,2.