Los hackers no fueron solo por la campaña electoral de Hillary Clinton. Intentaron acceder a los emails privados del entonces secretario de Estado, John Kerry, trataron de robar la correspondencia privada de un gerente del programa de cazas furtivos de Lockheed Martin e intentaron entrar en cuentas de otros miles de personas y entidades como la banda de punk Pussy Riot y el líder de oposición ruso Alexei Navalny.