Un viernes en la tarde de hace casi un año, la Casa Blanca estaba cubierta de luces con los colores del arcoíris para festejar el trascendental fallo de la Corte Suprema que condujo a la legalización a nivel nacional del matrimonio entre personas del mismo sexo. En todo el país, gays y lesbianas se abrazaron y festejaron y en algunos casos se apresuraron a formalizar su unión.