Se suponía que obligaría a millonarios a pagar impuestos de hasta el 75%: "Cuba pero sin sol", según lo describió un crítico del sector bancario. El súper impuesto del presidente francés, François Hollande, fue rechazado por un tribunal, reescrito y al final obtuvo solo un pedacito de las ganancias proyectadas. Termina este miércoles y no será renovado.