Le destaparemos la cabeza a tu hijo”. La frase aún retumba en la memoria de Gala, un ama de casa de 36 años y madre de cinco hijos. Se la dijo un hombre con arma en mano que llegó la tarde del domingo 30 de noviembre a su casa en Socio Vivienda 2, en el noroeste de Guayaquil, en busca de su hijo Daniel, de 18 años, un adicto a las drogas que había huido horas antes. Desde entonces no ha vuelto.