Vio cómo su hogar, esa selva inhóspita en la que nació y en la que clanes rivales de la etnia huaorani se enfrentaban hasta la muerte, se fue transformando en un sitio donde convergen la explotación petrolera y nuevas formas de ver al mundo, a la naturaleza y la vida con la llegada de los cowori (los “de afuera”, en huao terero, el idioma ancestral de esta nacionalidad), lo que trajo consigo más conflictos a la zona.