De crisis en crisis, así parece funcionar el brazo legislativo de la primera potencia mundial. El centenario Partido Republicano vio su nombre pisoteado casi sin remedio; el presidente Barack Obama no pudo evitar que sus niveles de aprobación se hundan, y el país en general manchó su reputación de ser el más sólido espacio financiero del mundo tras 16 días de un ‘cierre’ federal.