Encanto es la historia de la familia Madrigal, cuyos miembros tienen poderes especiales y que viven en una casa mágica en las montañas del país. Y esos lugares los plasma la película en un mismo paisaje para inventar una versión muy propia de Disney sobre Colombia.

El filme codirigido por Jared Bush, Byron Howard y Charise Castro Smith logró llevarse el premio Óscar en la categoría mejor película animada.

Escondido en la zona de El Mirador se encuentra Salento, un pequeño pueblo colombiano caracterizado por su belleza arquitectónica tradicional, sus montañas y sus hermosos paisajes.

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Ahora es conocido en el mundo entero por ser uno de los lugares que inspiró la película de Disney Encanto.

El filme cuenta la historia de Mirabel, del clan Madrigal, a través de una colorida celebración de la cultura colombiana. Para los habitantes de Salento, el filme consigue enseñar la cara más positiva de la cultura colombiana.

José Toro, habitante de Salento, afirma: “Todos los colombianos y especialmente los salentinos estamos felices con este logro. Esto no es un logro solo para Salento, sino para todo el país mostrar esa cara tan positiva”.

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El pueblo de Salento se encuentra en medio del Valle de Cocora (Colombia). Foto: Shutterstock

El pueblo de Salento se encuentra en medio del valle de Cocora, otro de los lugares que inspiró esta mágica historia. Las palmas de Quindío, los cafetales y la vegetación amazónica son algunas de las referencias naturales que aparecen en la cinta.

Con todos estos elementos, Disney ha dejado de lado los castillos llenos de hadas y tesoros; y ha demostrado que una casa colombiana combina muchas más cosas.

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Otros sitios en los que se inspira la película

Caño Cristales, el inicio del ‘encanto’: conocido como el ‘río de los cinco colores’, este lugar, ubicado en el parque nacional Sierra de la Macarena, el departamento de Meta, presenta un ostentoso espectáculo cada año entre julio y noviembre. Allí, guías locales ofrecen excursiones por la zona para llevarte a los rincones más profundos de este paraíso natural.

Las palmas de Quindío, los cafetales y la vegetación amazónica son algunas de las referencias naturales que aparecen en la cinta 'Encanto'. Foto: Shutterstock

Cartagena: Se llama Ciudad Amurallada y es donde se encuentra la mayoría de los hoteles y restaurantes y, además, es muy amigable para caminar.

Valle de Cocora: Ubicado en el departamento de Quindío, en la zona cafetera, en el centro del país, el valle de Cocora es el hogar de las emblemáticas palmas de cera de 60 metros de altura, las más altas del mundo, que son el árbol nacional de Colombia. Es además donde nace el río Quindío y una de las entradas al Parque Nacional los Nevados. Se ubica a 11 kilómetros de Salento, a 35 kilómetros de Armenia y a 45 kilómetros de la ciudad de Pereira.

Amazonía colombiana: Fíjese muy bien en Antonio y su mundo mágico rebosante de animales. Esta zona es en gran parte protagonista de esta historia, pues no solamente aparece el verde de sus paisajes, sino también algunos de los animales de la historia como chigüiros, dantas, coatíes y jaguares, muy vistos en esta región colombiana.

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Para los habitantes de Salento, el filme 'Encanto' consigue enseñar la cara más positiva de la cultura colombiana. Foto: Shutterstock

Casas típicas colombianas: La casa de los Madrigal es el centro de Encanto. Allí es donde viven sus miembros y donde ocurre la mayor parte de la historia. Esa hacienda está inspirada en casas típicas colombianas que se ven en Cartagena, Villa de Leyva, Salento y Barichara, según Procolombia.

Villa de Leyva: ubicada en el departamento central de Boyacá, se trata de un pintoresco pueblo del siglo XVI, muy popular entre los roles (nativos de Bogotá) como destino los fines de semana. Los edificios coloniales españoles, excelentemente conservados, rodean la amplia plaza adoquinada, la más grande de Colombia, con paredes encaladas que contrastan perfectamente con los techos de tejas rojas oxidadas.

Barichara: pequeño pueblo enclavado en las colinas de Santander. El pueblo tiene paredes encaladas del siglo XVIII y los techos de tejas rojas de Villa de Leyva y otros pueblos típicos de Colombia, aunque sin la avalancha constante de visitantes. Además tiene miradores sobre picos verdes y una vista privilegiada del cañón de Suárez.