Cómo se usa la tecnología de la NASA para crear pastas dentales

La NASA es una de las agencias aeronáuticas y aeroespaciales más grandes del mundo. Su misión es entender, proteger y explorar el universo, con tecnología avanzada y profundos conocimientos científicos.

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Pero, ¿sabías que no todas las aplicaciones de la tecnología de la NASA están en el espacio? Hay una que se aplica en el aseo personal y se trata de la pasta dental basada en el mineral hidroxiapatita.

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La base de esta idea nació en un pequeño laboratorio de electrónica en una sede de la NASA en Cambridge, Massachusetts. Allí se demostró la eficacia de reparar dientes con cristales de hidroxiapatita.

El precursor de esta iniciativa fue Bernard Rubin, científico senior que trabajaba en tecnología de semiconductores en el Centro de Investigación Electrónica de la NASA en los años 60. Junto a su equipo, él tenía claro que la pérdida ósea es uno de los efectos físicos más graves que experimentan los astronautas durante una estancia prolongada en gravedad cero.

Y trabajando en el crecimiento de cristales, descubrió que había una “similitud entre los mecanismos fisicoquímicos de nuestro sistema de difusión de gel y el proceso de cristalización del fosfato de calcio durante la formación ósea”.

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Tomando en cuenta que la hidroxiapatita es el principal ingrediente mineral tanto en el hueso como en el esmalte dental, apostaron por usar la tecnología desarrollada en la NASA para reparar el diente. Específicamente, patentaron el método de usar gel para hacer crecer cristales de brushita, un precursor de la hidroxiapatita. A continuación, se aplican sobre la superficie dañada de un diente, donde se convierten en hidroxiapatita y reparan el diente.

De esa forma, el diente es reparado usando su propio ingrediente natural.

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La primera pasta dental con hidroxiapatita

Sangi Co. fue la primera compañía en aprovechar la patente de la NASA para crear esta pasta dental con hidroxiapatita.

Shuji Sakuma, el fundador, propuso crear una pasta de dientes que contenga la misma sustancia que nuestros dientes y que realmente pudiera restaurarlos.

Así fue como se lanzó la primera versión de esta pasta, con el nombre Apadent, en Japón en 1980, seguida de Apagard en 1985.

Pero no se esperaban que en 1993, el Gobierno de Japón identificara en esta pasta de dientes los beneficios anticaries por la misma hidroxiapatita.

Según la compañía, los estudios realizados durante los últimos 40 años también han encontrado que al restaurar la superficie del esmalte, la hidroxiapatita mejora la blancura y el brillo de los dientes, protege contra la adhesión de la placa y la erosión y previene la hipersensibilidad, y también se ha demostrado que ayuda a eliminar las bacterias orales y el mal aliento.

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La mayoría de clientes se encuentran en Asia y Europa, además de Canadá. Aún no se vende en Estados Unidos, pero eso no es impedimento para que siga aumentando el éxito de la pasta de Sangi, pues desde su fundación, ha vendido más de 160 millones de tubos de su pasta de dientes de hidroxiapatita. Todo gracias a la patente de la NASA. (I)