Durante décadas, la jornada laboral suponía que los empleados llegaban a sus escritorios a las 9:00 de la mañana, almorzaban al mediodía y salían a las 5 o 6 de la tarde. La pandemia, por supuesto, cambió esto. Los trabajadores no sólo han estado haciendo su trabajo desde lugares remotos en los últimos dos años, sino que también han cambiado cuándo, exactamente, lo hacen.