El 28 de marzo en el hall del museo Nahim Isaías se vivió una jornada poco común. Entre obras de arte y el ruido habitual del centro de Guayaquil, un grupo de profesionales de la salud mental levantó mesas, colocó materiales artísticos, organizó sillas y preparó una serie de estaciones para recibir gratuitamente a quienes quisieran hablar, respirar, pintar, escribir o simplemente ser escuchados. Esto fue una nueva edición de la Clínica de la Calle, una actividad impulsada por la psicóloga clínica humanista guayaquileña María del Carmen Rodrigo a través de su plataforma Tóma-te con Calma.

Esta intervención, se ha presentado en diferentes espacios públicos de la ciudad, tiene como propósito principal ofrecer bienestar a sus participantes y brindar herramientas prácticas para el autocuidado, la autorregulación y la consciencia. No es un espacio terapéutico clínico, sino una experiencia breve de acompañamiento para la salud mental. “No podemos decir que es clínica y es importante aclarar que nosotros no hacemos terapia clínica ni hacemos consultas, hacemos intervenciones para promoción de herramientas, autorregulación, autocuidado, autoconciencia. Es lo que trabajamos”, explica María del Carmen.

Publicidad

"Clínica de la calle" en el museo Nahim Isaías. Foto: Francisco Verni Foto: Francisco Verni Peralta

Ese viernes, los visitantes del museo encontraron cuatro estaciones principales:

Publicidad

  • Quince minutos para tu salud mental, donde podían conversar con un profesional.
  • Aquí y ahora, con ejercicios de tapping, mindfulness y respiración consciente.
  • Arte para tu paz, en el que se expresaban emociones mediante materiales artísticos.
  • Palabras que curan, un espacio para escribir o leer frases que pudieran actuar como alivio emocional.

La actividad tuvo una notable acogida y María del Carmen lo atribuye no solo a la necesidad creciente de espacios de contención en la ciudad, sino también a la manera en que se ha construido el equipo de trabajo. “Todo esto pasa entre amigos. Ya toda la gente que está afuera es gente con la que yo ya me tomaba un café. Gente con la que hemos hecho un curso, algunos sí son amigos completamente privados de mi vida más íntima, otros son colegas, pero todos nos conocemos”.

"Clínica de la calle" en el museo Nahim Isaías. Foto: Francisco Verni Foto: Francisco Verni Peralta

En esta edición participaron doce profesionales: ocho en campo y cuatro en rotación para cubrir tiempos de descanso y logística. Entre ellos están Zoila María Cedeño, psicóloga clínica con formación en arte; Alejandra Marín, también especializada en arteterapia; Soraya García, psicóloga certificada en psicodrama; Rosita Sotomayor, terapeuta holística con herramientas de reiki, autorregulación y conciencia corporal; Christian Yong, coordinador de la carrera de Psicología Clínica en la Universidad Ecotec, con tres maestrías y formación en biodanza y tapping; Adriana Barcia, psicóloga de la Universidad San Francisco de Quito actualmente cursando su maestría; y Carmen Mundaca, máster en Psicoanálisis y Educación, psicóloga educativa que trabaja principalmente en el área de escritura. En todos los casos se procura que el perfil del profesional se adecúe al enfoque del estand, aunque en la práctica muchos rotan por su experiencia en distintas áreas.

Su trayectoria como psicóloga humanista

María del Carmen ha estado trabajando con personas desde los 14 años, cuando empezó a dar clases a niños del vecindario para ganar algo de dinero. A los 17 entró a la carrera de Psicología Clínica en la Universidad Católica, y a los 19 ya trabajaba como profesora en una escuela de bajos recursos en la Florida. A los 21 pasó a formar parte de varios DECE en colegios como el Mariscal Sucre, el Liceo Panamericano y el Santistevan.

Publicidad

Con el tiempo se sintió frustrada por las limitaciones del sistema educativo y decidió retirarse. Trabajó por tres años en bienes raíces, pero pronto se dio cuenta de que lo suyo era el acompañamiento. Comenzó a especializarse en certificaciones humanistas, y actualmente es psicodramatista, terapeuta en EMDR, focalización emocional y Theraplay.

Durante seis años fue profesora de ciencias sociales en el colegio Alemán Humboldt, donde descubrió conexiones entre la historia y la psicología. “Cuando tú recuerdas la historia de un pueblo también recuerdas tu historia y vas teniendo mayor conciencia social, mayor conciencia personal y esto mejora la calidad de vida”, afirma. Sin embargo, en 2024, tras un nuevo desencanto institucional y los hechos violentos del 9 de enero, decidió volver a enfocarse en su práctica clínica y social.

Publicidad

"Clínica de la calle" en el museo Nahim Isaías. Foto: Francisco Verni Foto: Francisco Verni Peralta

El histórico suceso que lo inició todo

“El día que tomaron el famoso medio de comunicación al aire fue trágico. Yo estaba en el consultorio. Había el rumor de que había una bomba. Veías a la gente correr, sentía que estaba en una guerra civil. La gente gritaba, corría, se escondía. Cancelé mis citas. Me llegaron dos pacientes en crisis. Me quedé con ellos, los sostuve, y luego les dije que se fueran a casa porque había toque de queda. Los días siguientes fueron desoladores, casi sin pacientes. Entonces pensé: ‘No puedo seguir encerrada en mi consultorio, tengo que volver a salir al encuentro de las personas’”.

Esa fue la chispa, ella salió al centro con un cartel que decía “Abrazos gratis” y comprobó de primera mano la necesidad de contacto humano. “Un abrazo puede llenar necesidades afectivas básicas. La gente se quiebra, porque hay tanta necesidad de ser mirado… Afectivamente, también tienes necesidades: necesitas ser mirado, escuchado, validado, acompañado, contactado”.

"Clínica de la calle" en el museo Nahim Isaías. Foto: Francisco Verni Foto: Francisco Verni Peralta

La primera edición oficial de la Clínica de la Calle fue el 8 de marzo de 2024 en el Palacio de Cristal con cinco profesionales. Fue una jornada intensa, más en una fecha en la que la vulnerabilidad de las mujeres estaba latente en el aire. Aun así, dejó enseñanzas que se fueron afinando en cada nueva edición.

El ejercicio ha tenido intervenciones en la calle Panamá —con menor acogida— y una destacada en el Parque Histórico gracias a la invitación del movimiento Tu Mejor Tú, liderado por Daniela Barriga. María del Carmen anticipa que participarán nuevamente en las ferias de junio en el mismo parque.

Publicidad

Esta edición en el Museo Nahim Isaías marcó un nuevo nivel de organización. La invitación llegó por parte de Paola Martínez, representante del Ministerio de Cultura. “Es la vez que mejor nos han tratado”, dice María del Carmen. “Nos han dado sánduches, café, sillas, agüita. Eso no ha pasado nunca. Yo siempre llevo cosas, compro tortolines, llevo agua, porque me gusta que la gente que trabaja conmigo se sienta atendida”.

"Clínica de la calle" en el museo Nahim Isaías. Foto: Francisco Verni Foto: Francisco Verni Peralta

Uno de los momentos que más la han marcado ocurrió en el taller de arte. “Estábamos pintando con una chica, tal vez de 15 o 16 años. Yo le dije: ‘Qué bonito que ha quedado, ¿qué opinas de esto?‘. Y ella me respondió: ‘Había olvidado que podía hacer cosas bonitas’. ¿Te imaginas el nivel de soledad y tristeza en el que puede estar esa chica?”. Esos pequeños gestos, esos minutos compartidos, son para María del Carmen el corazón de este proyecto. “Es verdad, el ideal es que vayas a terapia. Pero cuando no puedes hay que ver cómo logramos que te estabilices, que tengas cosas que te hagan sentir bien. Algo vas a encontrar. Algo vas a lograr. Y eso no tiene precio”.

Además de este proyecto, Tóma-te con Calma sostiene espacios permanentes de acompañamiento emocional. Entre ellos están los Círculos de Conexión, encuentros grupales dirigidos por María del Carmen en los que se abordan temas como los pilares de la autoestima, el duelo y los diálogos internos. Aunque son talleres de pago, conservan el espíritu cercano, práctico y humano que caracteriza a todas sus iniciativas. “La gente cree que la terapia grupal es solo hablar, y a veces no. La terapia grupal puede ser ir y compartir una actividad o un ejercicio, y ya está. Si no quieres hablar, no estás obligado a hacerlo”, explica.

"Clínica de la calle" en el museo Nahim Isaías. Foto: Francisco Verni Foto: Francisco Verni Peralta

Junto con esto se vienen nuevas propuestas, una de ellas verá la luz el 9 de abril, cuando se iniciará un taller de biodanza con Christian Yong en el consultorio ubicado en Kennedy. María del Carmen es enfática al asegurar que no existe ningún vínculo político ni interés institucional detrás de esta propuesta. “Yo voy a donde me inviten. No tengo contacto político. Procuro que no haya absolutamente nada de ese tipo de cosas porque empañan el trabajo. Esta es una actividad de un proyecto personal, con amigos, en donde promovemos las cosas desde lo que sabemos hacer, con amor, con cuidado, con convicción”.

La Clínica de la Calle proyecta al menos cuatro apariciones públicas este año. Ya hay dos fechas confirmadas con el movimiento Tu Mejor Tú, liderado por la empresaria Daniela Barriga, en el Parque Histórico de Guayaquil. También se espera repetir la experiencia en el museo, dado el nivel de acogida y el respaldo logístico recibido.

Por último, María del Carme dice: “Vamos a donde nos llamen”, y eso significa ir al encuentro de la necesidad de las personas, la dinámica de trabajo responde siempre a invitaciones formales y a la disponibilidad del equipo. El objetivo se mantiene claro y es brindar a la ciudadanía espacios gratuitos de acompañamiento emocional, herramientas de autocuidado desde un enfoque profesional, respetuoso y humano. (E)

"Clínica de la calle" en el museo Nahim Isaías. Foto: Francisco Verni Foto: Francisco Verni Peralta