Eran las once de la noche del 13 de abril de 1699 en un pequeño pueblo del norte de Inglaterra.
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Para minimizar cualquier incomodidad, dormir implicaba una serie de estrictas convenciones sociales, como evitar el contacto físico o moverse demasiado.
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Eran las once de la noche del 13 de abril de 1699 en un pequeño pueblo del norte de Inglaterra.
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Uniformados del eje preventivo e investigativo participaron en un operativo desplegado en los distintos circuitos de ese distrito.
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